Ahora, que la distancia nos separa, me siento frente a su carta, para decirle:
Cada palabra que sale de su pluma, es un caricia a mi alma...cada segundo a su lado, un mundo nuevo de sensaciones, en los que todos mis sentidos, se ponen gustosos, al servicio de cada uno de sus más íntimos deseos..
Un amanecer a tu lado...para luego marchar...perfumada con tu aroma, guardando celosa cada beso que me das...

Verte Víctor, es sumergirme en ese nuestro mundo, dónde todo sobra...palabras...telas, aparcando remordimientos, alejándonos por unas horas de esa "contaminación" del alma, instantes de felicidad, que solo consigo a tu lado...cada segundo sintiendo el calor de tu piel, me devuelve a la vida...alegra mis sentidos, revive mis deseos...
Su dedicación, su entrega, sus miradas esquivas cuando no debemos levantar sospechas...
mi amado Víctor...cuántas veces correría a su lado, haciendo caso omiso a la crueldad de esas lenguas afiladas, que no harían sino ensuciar lo que tan celosamente guardamos, desde la primera vez que sus ojos se encontraron con los míos...
Esas cuatro paredes, encierran nuestra historia, guarda el olor de nuestro amor, reavivándolo en cada encuentro...colgada al cuello, cual tesoro, llevo la llave de esa estancia, a la que me aferro, cuando siento mis fuerzas flaquear.
Abre las ventanas Víctor pronto volveremos a impregnarla de nuestro aroma.
Suya en cada sueño, en cada realidad, Inés
Tiene el amor prohibido ese sabor especial, que se pierde en la rutina
ResponderEliminarEl hombre de los sueños. Qué placer.
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