... una vez aquí... deja que tus sueños... igual que los mios, se conviertan en realidad... porque un día mis manos soñaron con rozar las suyas, y las rozaron... un día soñé con que vendría a mi... y vino...


Desgraciado quien no haya amado más que cuerpos, formas y apariencias. La muerte le arrebatará todo. Procurad amar las almas y un día las volverás a encontrar.

Victor Hugo.(1802-1885)




Carta de Inés, 2

Mi Querido Víctor, recibir sus letras y crecer aún mas el deseo de correr a su lado, es uno..
que sean sus labios los que me las susurren al oído.

Leo una y otra vez su carta, despacio, aprendiendo cada letra...como aprendí su cuerpo esa mi primera vez, que pusimos piel a nuestro anhelo, esa primera vez, que el rubor se hizo dueño de mi rostro cuando comprendí, que nada impediría mi entrega...que la lucha contra este deseo que nos invade, desde el mismo instante en que nuestras almas se cruzaron,fracasaría.....nada, podría poner freno a mis ansias por sentirlo en mis entrañas...
Así fué, quedé grabada a fuego, desde el mismo instante en que sus labios se acercaron a los míos, en ese instante en que mis ojos se perdieron en los suyos...en que el calor de su piel se fundió con la mía...



Tantos secretos guardados entre dos almas que siguen encontrándose cada noche, presos de una vida organizada, de una sociedad que juzga con ligereza, pero mi amadísimo Víctor, libres en cada entrega...


Das vida a mis días, color a mis mejillas, dibujas sonrisas en mi rostro..

Si usted se declara siervo de mis deseos...yo me declaro sierva de los suyos...
Tal como prometimos, tocaré una vez mas en su puerta... la fecha de nuestro próximo encuentro, sueño cada segundo con refrescar su aroma, guardado en su pañuelo, cuál tesoro...

Suya en cada sueño, en cada realidad, Inés

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